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Cuando la Libertad Muere

Cuando la Libertad Muere

En el Puerto de Nueva York en la Isla de la Libertad se encuentra el grandioso monumento—La Estatua de La Libertad. Su mensaje resuena en los corazones humanos a nivel mundial. Libertad. ¡Cuán Valiosa! Sin embargo tristemente, un día la libertad misma será prohibida por el ser humano, gobiernos, y naciones. Acontecerá de esta forma.

A menos que seas como el avestruz del proverbio que mantiene la cabeza debajo de la arena, seguramente te has dado cuenta que el planeta tierra está en peligro estos días—de gran manera. Desastres naturales, extraños patrones meteorológicos, atrocidades terroristas, problemas económicos, moralidad en extinción, corrupción política, aumento en los precios de alimentos, reducción de los recursos de agua, más toxicidad global, todo esto nos revela que estamos al borde de una crisis enorme.

“Y será tiempo de angustia,” predice la Santa Biblia, “cual nunca fue…” (Daniel 12:1). Cuando surja la última crisis terrestre, una engañosa “solución” será eventualmente aplicada por los gobiernos a nivel mundial durante una hora obscura de desesperación. En la superficie, esta pareciera ser una solución razonable. Sin embargo, debajo de su encanto esconde una mentira diabólica.

Durante ese momento decisivo, la libertad desaparecerá—por lo menos en los gobiernos humanos. Aterradoramente, la Biblia llama a este obligado engaño global: la marca de la bestia. “Y hacía que a todos,” la palabra de Dios nos advierte, “pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente…” (Apocalipsis 13:16). Las consecuencias al recibir esta “marca” diabólica serán desastrosas. Quien sea que la acepte voluntariamente—después de que se le ha dado el aviso por el llamado amoroso de Dios para resistirla—será condenado para siempre (ver Apocalipsis 14:9-11). La Biblia nos advierte claramente. Debemos tomarlo muy en serio.

La Biblia sigue aclarando que “el… había hecho… las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia” (Apocalipsis 19:20; énfasis nuestro). Por lo tanto, aquellos que reciben la marca “son engañados” o estafados a su pérdida eterna. Ahora piensa en esto. Si esta marca mortal — sea la que sea— fuese totalmente obvia, entonces ¿cómo serán engañados la mayoría de los habitantes de la tierra, como lo predice Apocalipsis claramente?

En este pequeño folleto no se puede decir mucho. Entonces, para no andar con rodeos, es mejor llegar al punto principal. Observa cuidadosamente. En el contexto donde se le advierte a la humanidad acerca de “la bestia” y su “marca” fatal (Apocalipsis 14:9-11), la Palabra de Dios nos dice claramente quienes no obtendrán esa marca: …Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra… (Apocalipsis 14:7) “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12).

¿Se dieron cuenta? Aquellos que prevalecieron la marca mortal de Satanás hacen tres cosas específicas: 1) Adoran al Creador, 2) “Guardan los mandamientos de Dios,” y 3) Creen en Jesucristo.

Si estudias la Biblia cuidadosamente, descubrirás que solo uno de los Diez Mandamientos originales “escrito con el dedo de Dios” (ver Éxodo 31:18) se refiere específicamente a adorar a “El que hizo los cielos y la tierra.” Es el cuarto, que dice,

“Recordaras el día sábado para santificarlo. Seis días trabajaras, y harás toda tu obra más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios, no hagas en el obra alguna… Porque en seis días hizo Jehová los cielos, y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposo en el séptimo día. Por tanto, Jehová bendijo el día de reposo, y los santifico.” Éxodo 20:8-11.

El “séptimo día” de la semana es el sábado, no el domingo. Consulta el diccionario, o una enciclopedia. Pregúntale a un judío. Ahora, aquí viene lo más asombroso. La Iglesia Católica Romana—un sistema de religión (no necesariamente los católicos mismos) que la mayoría de las iglesias protestantes anteriormente identificaron como “la bestia”—abiertamente afirma que cambió el sábado Bíblico de sábado a “domingo,”—antiguamente el día domingo era dedicado para la adoración del sol. Vea por sí mismo:

“Por supuesto, la Iglesia Católica reclama que el cambio (de Sábado a Domingo) fue obra suya… y su acción es una MARCA de su poder eclesiástico y autoridad en asuntos religiosos.” Carta de H.F. Thomas, canciller del Cardenal Gibbons. Noviembre 11, 1985.

Considera lo siguiente: Cuando las Torres gemelas en la ciudad de Nueva York colapsaron el 11 de septiembre del 2001, ese horrible evento ocurrió en un día martes. Cinco días después, aumento la asistencia de las iglesias en el día domingo, no solo en América, pero en el mundo entero. ¿Por qué? La respuesta es obvia. Cuando golpea una crisis seria, la gente empieza a orar. Y se llenan las iglesias.

Así que, una lección del “9-11” es que una crisis severa produce un reavivamiento a guardar el domingo. Si esa situación ocurrida se hubiera convertido desesperante; la asistencia a las iglesias en el día domingo se hubieran aumentado, y eventualmente eso hubiera causado a imponer leyes dominicales a nivel mundial por los gobiernos civiles.

“¡Imposible!” responden algunos. No es imposible. Leyes dominicales (también conocidas como “blue laws”) ya se han aplicado en ciertos niveles en Europa, Inglaterra, y América por más de 1,500 años.   Estudia la historia. Pregúntale a la Iglesia Católica.

Lo único que detiene por ahora leyes dominicales tales es una crisis realmente seria. ¿Cuales eventos imprevistos pueden causar el cumplimiento final de la profecía Bíblica? Solo Dios lo sabe. Puede ser una serie de desastres naturales, otro ataque terrorista, un colapso económico, o una combinación de eventos.

Cuando eso ocurra, tal como en el “9-11”, la asistencia a las iglesias en el día domingo aumentara, y lo que vendrá a continuación será la legislación dominical. Aunque esto suene extraño, un cuidadoso y claro estudio de Apocalipsis 13 y 14 predice esto exactamente, por lo tanto, esto es lo que acontecerá sin duda.

Cuando “la marca” (la observancia del domingo) de “la bestia” (la iglesia romana) es plenamente aplicada por ley (ver Apocalipsis 13:16) durante la última crisis mundial, entonces la ultima hora de la decisión final llegara. Aquellos que creen en este peligroso engaño (contradictorio a los Diez Mandamientos) serán marcados con pecado “en sus frentes” (sus mentes); mientras los que no, pero que aun obedecen la ley dominical, serán marcados en sus manos (sus acciones). Contrario a la especulación profética actual, solo Dios podrá ver esta marca, y no los seres humanos.

Sin embargo la profecía predice que muchos podrán detectar al engañador disfrazado y se reusaran a tomar la marca. En vez de ello, adoran al Creador, “guardan los mandamientos,” y siguen a “Jesús” (Apocalipsis 14:12), nuestro amoroso Salvador, quien murió en una cruel cruz por nuestros pecados por quebrantar la Ley de Dios (ver 1 Juan 2:2; 3:4), y resucito de entre los muertos. “Si me amáis,” “suplica nuestro Salvador, “guardad Mis mandamientos” (Juan 14:15). Aquellos que obedezcan—por Su gracia y poder—estarán listos para Su glorioso regreso (ver Apocalipsis 14:14-16) durante “el fin del mundo” (ver Mateo 28:20).

¿Querido amigo/a, cuando llegue esa hora oscura a la tierra, que es lo que vas hacer? ¿Amaras, confiaras, y seguirás a Jesús, u obedecerás a la bestia? En medio de toda esa confusión global, nuestro Creador suplica:

“¡Escógeme a mí y a mi día!”

 

Foto de la tapa: ©www.photodune.net

 

 

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